jueves, 11 de noviembre de 2010

Hasta que la vida decida



Mi corazón me suplica que mi cabeza deje de nombrarte,
disfrutar del ahora sin que tu recuerdo lo custodie a cada instante,
deleitarme en mi presencia, incluso más de lo que me recreé con la tuya,
y no recibir la noche con el cuerpo sediento de la calidez de tu piel rozando la mía…

Necesito volver a darme cuenta de que sólo yo me pertenezco,
ilusionarme con la llegada del sol, sin soñar con amaneceres de ti,
regresar a las playas donde nos amamos, sabiéndolas igual de bonitas,
ser consciente de que la luna se llena, aún sin tu mirada, aunque estés lejos…

Así, suelto las cadenas de espuma con las que mis sentimientos están atados a tu boca,
te dejo marchar, me recupero, doy nuevas oportunidades a la vida que he de alcanzar,
esa que, aún añorándote, no te incluye, porque nuestra eternidad prometía ser efímera,
y acabó alargándose más de la cuenta porque la juramos tan fugaz como pura y verdadera…

Me despido. Feliz por habernos compartido. Hasta siempre. Hasta pronto. Hasta que estemos preparados.
Hasta que la vida decida… Toda la suerte. Te quiero.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Cuánto + me sujetas (Bebe)


No tendría muy claro que canción es la mejor de esta mujer, habla, transmite y se siente tanto…

Hoy me suena ésta. Para aquellos momentos de la vida en los que tenemos tanto miedo a volver a sufrir, a dejarnos llevar, a dejar que alguien especial nos cale tan hondo que podamos sentirnos uno… Para aquellos momentos en los que somos tan estúpidos, que no tenemos en cuenta nada de lo que la persona que está al lado nos ofrece, con tal de no dejar el alma al descubierto, de no sentirnos vulnerables de nuevo, prefiriendo hacernos daños a nosotros mismos antes que darnos la oportunidad de confiar, por fin, en alguien que nos lo da todo.

Dedicada a nuestra ceguera, con la intención de abrir un poco la mente, y valorar las buenas cosas con el corazón, tal como debe ser…

No sirvió para nada
que llenaras el cántaro de miel,
porque al llevarlo a mi boca
quedó convertida en amarga hiel.

Cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer. (2)

Me marché de mi espacio
y me hiciste un hueco en tu piel,
y como en un rosario,
recé cada parte, sin entender.

Que cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer.

Cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer.

Como una estrella perdida
vagué en tu universo y tuve sed,
y sin pensarlo dos veces
pusiste el océano a mis pies.

Cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer. (4)

QUE EL VÉRTIGO NO NOS IMPIDA SER FELICES, NUNCA MÁS!!

QUE LAS CICATRICES NOS SIRVAN PARA APRENDER,
PERO NUNCA COMO UNA EXCUSA PARA NO LUCHAR POR LO QUE MERECE LA PENA!!

viernes, 25 de septiembre de 2009

P.D. No soy un muñeco roto


“La poesía no es de quien la escribe,

sino de quien la necesita”


Hace poco un amigo me dijo: he leído tu blog y eres un muñeco roto.

Así que me he visto en la obligación de matizar esta cuestión antes de que, alguno de los que me leáis, creáis que soy una niña oscura que acabará cortándose las venas.

Esta soy yo, lo que he escrito, pero también mucho más. Hay gente que escribe cosas realmente positivas, tanto que contagian a las personas que lo leen. Pero, si comparamos todas las expresiones del mundo, de todos los poetas, escritores, cantautores, artistas... ¿cuántos textos encontraremos alegres y cuántos melancólicos? (dios me libre de compararme con alguien de los anteriormente citados)

Mi vida, como la de la mayoría, tiene momentos muy felices y otros tantos tristes. Pero los felices los paso en la calle, celebrándolos con la gente a la que quiero, o conmigo misma, riéndome y disfrutando del brillo que me sale en la mirada cuando me siento alegre y recupero a mi niña interior, del dolor en la mandíbula cuando no aguanto más la risa, de las resacas después de una noche en la que sólo salí a pasear y me dieron las siete de la mañana... Y esos ratitos son tan difíciles de explicar, como un atardecer al que le haces una foto porque te parece precioso pero no se consigue inmortalizar la magia del momento, que sólo queda una cosa por hacer: vivirlos.

Sin embargo, cuando uno está triste, cuando le invade la melancolía, cuando un sentimiento le aflige hasta desgarrarle el corazón y se siente desdichado… en esos instantes no tiene ganas ni fuerzas de hablar con nadie, pero sí la necesidad de expresarse y de encontrar un punto de inflexión en el que encontrarse a sí mismo y quizás un poco de consuelo en los demás... Y en ese tiempo, lo único que te alivia medianamente es coger tu lápiz y tu papel (o en nuestra versión actual, el portátil) y hartarte de escribir hasta que esa tristeza te sangre por los ojos y por los dedos…

Cuando yo estoy preocupada por algo, mi cabeza da más vueltas que una noria y, al igual que ésta, se convierte en un círculo vicioso del que no sé cómo salir. Para mí, escribir sobre las cosas tristes que me pasan significa vomitar mis ideas, pensamientos y sentimientos y darles forma hasta que consigo entenderme a mí misma, comprender mi dolor y abrazarlo para que lo pueda superar. De nada me serviría taparme los ojos ante mi sufrimiento y ponerme a otra cosa, porque para ser feliz tengo que aprender que es lo que me pone triste.

¿Qué por qué lo comparto? Porque me ayuda a explicar partes de lo que soy, esas que la gente no ve normalmente por ese caparazón en el que todos nos escondemos por miedo a que nos hagan daño; porque hace que me libere de mis ahogos al compartirlos con alguien que, de pronto, puede sentirse identificado; porque en ocasiones de algo totalmente demoledor salen palabras que llegan al corazón de otras personas; porque me he callado algo durante mucho tiempo y de pronto tengo la necesidad de explotar de alguna manera, de echar fuera sentimientos que me duelen de tal manera que no puedo soportar quedármelos para mí misma; porque a veces a quien se lo quiero decir, no me quiere/puede escuchar; y porque estoy viva para todo, para lo bueno y para lo malo…

Y dicho esto, escribo porque tengo inquietudes, penas, alegrías, sueños y preocupaciones que me gusta compartir, para sentirme menos sola y un poco más comprendida. Y cuando no escribo, que es la mayoría del tiempo, intento disfrutar y saborear la vida.

P.D. Todos somos muñecos de corazón remendado, y quien no lo sea, es que aún no ha vivido lo suficiente…

lunes, 15 de junio de 2009

CANCIONES PARA EL TIEMPO Y LA DISTANCIA



Desde aquí, desde mi casa,
veo la playa vacía,
ya lo estaba hace unos días;
ahora está llena de lluvia
y tú ahí sigues sin paraguas,
sin tu ropa, paseando
como una tarde de julio
pero con frío y tronando
¿se puede saber qué esperas?
¿que te mire y que te seque?
Que te vea y que me quede
tomando la luna juntos
la luna, tú y yo expectantes
a que pase algún cometa
o baje un platillo volante.
Y la playa llora y llora,
y desde mi casa grito,
que aunque pienso en abrazarte,
que aunque pienso en ir contigo,
el doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo,
que no esté ya más contigo,
y yo no puedo negarme pues
el tipo soy yo mismo,
estudié mientras dormías
y aún repaso las lecciones una a una
cada día.
Yo no puedo aconsejarte,
ya es muy duro lo que llevo.
Dejemos que corra el aire
y digámonos adiós.

Aunque siga suspirando
por algo que no era cierto,
me lo dicen en los bares
es algo que llevas dentro;
qué no dejas que te quieran
sólo quieres que te abracen.
Y publicas que no tuve ni valor
para quedarme,
yo rompí todas tu fotos,
tú no dejas de llamarme
¿Quién no tiene valor para marcharse?
¿Quién prefiere quedarse y aguantar?
¿Marcharse y aguantar?

sábado, 13 de junio de 2009

Antes

Antes de tí
yo ya existía,
antes de tí
¿no lo sabías?
yo ya cantaba,
yo ya mentía,
yo ya soñaba,
antes de ti
yo ya jugaba,
yo ya reía,
ya suspiraba
si me quitaban
la ilusión,
claro que sí,
¿quién lo diría?
antes de tí
ya estaba yo.

Antes de mí
tú ya vivías,
antes de mí
¿no lo sabías?
tú ya besabas,
tú ya crecías,
tú ya apostabas,
antes de mí
tú ya ganabas,
tú ya perdías,
tú ya pensabas
que te estorbaba
la virtud,
claro que sí
¿quién lo diría?
antes de mí
ya estabas tú

SABINA

domingo, 7 de junio de 2009

El dolor de lo perdido


Reflexiones de un pasado, de lo que no volverá, de lo que me pasa hoy, de lo que está por venir… Siento como el aprendizaje de mi vida me pesa, me ayuda, me duele, me hace feliz. Siento la presión en mi pecho de aquello que ya se perdió, que nunca volverá, que creí que sería eterno, y sólo fue efímero. Y, a pesar de la experiencia, parece que vuelvo a chocar siempre con la misma piedra, como el barco que se quedó anclado entre las rocas un día de temporal, que deja su imagen en la playa como una dulce melancolía, como un secreto de que, el dolor, también es belleza.

Me siento perdida por lo que he perdido, porque en ti, también se fue una parte de mí. Porqué en cada susurro, en cada caricia, en cada mirada iban mis fuerzas, mis ilusiones, mis ganas de amarte, el pellizquito en el pecho de sentir que en los momentos buenos podría quedarme una eternidad abrazada a tu piel…

Me duele soñar contigo, y despertarme llorando. Notar a mi lado el calor de tu espalda, y al abrir los ojos, descubrir que era la almohada ocupando tu espacio vacío. No poder levantarme por la mañana, porque me faltan tus abrazos y tus besos dándome la fuerza necesaria para saber que pase lo que pase durante el día, solamente el principio ya mereció la pena. Me duele que llegue la noche y no te acurruques en mi pecho, mientras me hueles y me susurras que no hay lugar mejor en el mundo que el de mis brazos. Me falta cuando duermo, el notar como tu mano busca un recoveco de mi cuerpo donde sentir que sigo ahí, en tus sueños.

Sé que todo eso se desvaneció, que los agobios, las discusiones, el cansancio y la costumbre, estaban comiéndose esos momentos poco a poco; que tú habías dejado de ser la persona que yo quería tener a mi lado, que lo que yo te ofrecía ya no era lo que tú buscabas y que tomar cada uno un nuevo rumbo era lo mejor para no terminar odiándonos, para poder vernos alguna vez sin que los puñales atravesaran nuestros ojos.

Pero a pesar de ser consciente de que alejarnos ha sido la mejor opción, a pesar de haberme dado cuenta de todas las cosas que me hacían daño de ti, de la ceguera que he tenido en ocasiones al no querer ver que estaba hundiéndome poco a poco en tus acciones, a pesar de todo eso, no puedo evitar que se me salten las lágrimas al ver que nos hemos perdido, que no hemos sabido comprendernos, pese a ser comprensivos, que no hemos sabido ponernos en el lugar del otro, pese a ser empáticos, que no hemos sabido darnos lo que cada uno necesitaba, pese a saber perfectamente que nos lo podíamos dar.

No sé si fue culpa de la comunicación, del silencio, de nuestras mochilas personales, del miedo a enfrentarnos a las cosas para no perdernos… pero al final se ha esfumado. Y hoy, sólo soy capaz de darme cuenta de algo, que pese a que debiera aliviarme me pesa como una losa, y es el ser consciente de que tal y como estábamos no querría volverte a tener a mi lado. Y a pesar de ello, te quiero, te extraño y me sigues doliendo de tal modo que me da la sensación de que respiro menos desde que te fuiste…

Lo único que pido ahora es aprender a olvidarte y poder seguir con mi vida. Aunque, ojalá me despertara una mañana con tu beso en mi espalda, como si esto sólo hubiera sido un mal sueño…

06/06/09

Desvelos, anhelos



Me aferro a la idea de no sentir desconsuelo,
de inmortalizar todos los buenos momentos vividos,
a profanar mi dolor con los recuerdos de tus latidos,
a rescatar de mi alma secretos de porqué te quiero.

Cada espacio que se queda en mi deshielo
es un vacío en lo más hondo de mi pecho,
es un hundirme en el centro de este lecho,
no hallar refugio en los labios que hoy anhelo.

Yo no tengo miedo de afrontar mi retiro,
he aprendido a revivir con un suspiro;
me estremece pensar que tras el aguacero,
el sol no vuelva a iluminar nuestro sendero.

Y aquí estoy, sacando tus cosas de mi armario,
guardando fragmentos de mi ilusión en tu equipaje,
por si podemos evitar este duelo tan necesario,
por si aún consiguiéramos retomar este viaje.

13/05/09

Hoy voy a gritarle al viento

Hoy voy a gritarle al viento o quizás, mejor, lo haga en forma de susurro.
Si, voy a susurrarle al viento, para que lleve mi palabra a todos los rincones del mundo, para poder transmitirle a alguien la esperanza de que, tras la tempestad, llega la calma.

Quiero compartir lo que he aprendido, después de mucho tiempo perdida, de no encontrar más que unas manos vacías, y un corazón roto… de creer que mi dolor no tenía limites, de sentirme una niña vulnerable e insegura que no encontraba aliento ni sentido en nada de lo que hacía. Durante años me he preguntado si me merecía lo que estaba viviendo, si yo era una persona tan dañina, que estaba pagando por algo que ni mi subconsciente había advertido. Y ahora, ahora lo entiendo todo. Todo lo que me han ido pasando ha hecho que creciera en mí una mujer, que se seguirá negando a crecer, al igual que Peter Pan… pero ahora sé que no tiene porqué ser perjudicial, quiero seguir viviendo, siempre hacía adelante, pero sin perder mi inocencia, sin permitir que nadie me la arrebate…

Es curioso como al final, todo tiene sentido. En mi caso, haber tenido ya, sin duda, la peor relación de mi vida, me ha ayudado a elegir mejor, a seleccionar las cosas que me gustan, a decidir a qué me puedo adaptar por una persona, y que no tengo porqué aguantar, por el hecho de ser mujer. Después de años sintiéndome poco menos que nada, he aprendido a valorarme. Y algo fundamental que viene con eso, el saber que todo pasa, que lo importante de verdad cuando algo se termina, es que tú sigues ahí, que tu vida va a encontrar nuevas ilusiones por las que luchar, nuevas experiencias con las que vivir, nuevos amores con los que sentir, siempre algo diferente, seguramente mejor…

Hoy, que hace más o menos dos años que volví a renacer, que decidí que ya estaba bien de dejar mi vida en manos de quién no la valoraba en absoluto… Hoy, que aún sigo dando pasitos pequeños hacia mi autonomía, que los resquicios que quedan de aquél dolor no son más que los peldaños que me suben hacía la persona que quiero llegar a ser, en la que me estoy convirtiendo, la que me gusta porque ahora entiendo, que durante todos esos años una fuerza que yo no veía me ha estado manteniendo a flote… Hoy quiero susurrar, o mejor gritar, que me siento viva, que no importa todo lo que me ha pasado, porque ahora soy feliz, y he sabido aprender de cada palo, de cada mal rato vivido, de cada sueño roto…

(Con esto, no quiero ni mucho menos decir, que haya que ser sufridor/a consentid@, pero sí has sufrido, sácale provecho. Todo ocurre por una razón, aunque a veces el dolor sea tan grande que no podamos entenderlo. A mí me hubiera gustado aprender de otra manera, no haber tenido que pasar por algunas de las situaciones que he vivido… pero a pesar de todo sigo aquí, viva, entera y feliz!)

02/03/09

La caricia perdida. Alfonsina Storni


Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos… En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

25/08/09

Aviso: muere gente todos los días, en todas partes

Debo tener la sangre de horchata, o a lo mejor más sangre que los demás. Lo estoy pensando estos días, desde que pasó el accidente de Madrid.
Me es totalmente innecesario que me estén machacando todo el día con las mismas imágenes, que tengan la increíble falta de respeto de estar sacando a una persona totalmente carbonizada por televisión, no ya por nosotros que también tenemos un corazón, sino por aquellos familiares o amigos que, por algún motivo, puedan reconocer a dicha persona; que los medios estén bombardeando a preguntas a esas familias que han perdido a sus seres queridos, cuando lo único que necesitan es tranquilidad para poder asimilar su tragedia personal, la que se les viene encima a partir de ahora. Además, ¿qué necesitamos saber nosotros de ese accidente que no tengamos que saber de otras tantas cosas que pasan? Si a quienes verdaderamente les afecta, tendrán sus debidas explicaciones y ahora no están ni mucho menos para ver la televisión. Una cosa es informar y otra muy distinta es hacer sangre.
Pero, aparte de todas estas cosas que me molestan tremendamente… me estoy dando cuenta de que, no sé porqué, no le tengo mayor arraigo a esta tierra, no más que al resto del planeta. Y me jode que se peguen un telediario entero hablando de una noticia, o que hagan programas especiales SIN TENER DATOS, cuando en el mundo estallan guerras, bombas, hay accidentes, asesinos e injusticias a cada minuto. Entiendo que es una noticia nacional, pero para mi no son más importantes esas personas que el resto de las que mueren a diario en Irán, en Afganistán, en Asia, en una patera…
Estoy harta de los medios, de que a la gente le guste tanto el morbo y de que no hagamos otra cosa que mirarnos el ombligo. Yo creo que ya está bien. Una persona del “primer mundo” no tiene mayor privilegio, ni su vida vale más que una de países “subdesarrollados”. Así que, me gustaría que a todos nos afectarán del mismo modo cada una de las personas de este planeta que pierden la vida, y que fueran tratadas con la misma importancia. ¿es mucho pedir?

Y sí, lamento muchísimo el accidente de Madrid, lo vi, y se me cayeron las lágrimas, pero no más que con el resto de desgracias de las que me entero. Llamadme insensible si queréis!

22/08/09